Influencers

La primera vez que oí esta palabra me quedé un poco desconcertada: ¿personas que influyen?, ¿qué clase de influencia?, ¿sobre quién influyen?, ¿qué pinta esta palabra en inglés en los medios?

Vivimos malos tiempos para la información. La supuesta democratización del periodismo no nos ha traído sino confusión y falta de auténtico liderazgo. No sé si la profesión periodística tuvo más prestigio en otros momentos. Siempre se hicieron chistes, «no digas a mi madre que soy periodista, ella cree que toco el piano en un burdel», pero el mismo chiste era algo que suponía una influencia. Ahora parece que los y las influencers son artistas o personas «normales» que marcan tendencia, tendencia en moda, en gustos, y que tienen millones de seguidores. ¿Es todo publicidad? La mayor influencer del mundo dice que su prestigio se basa en la credibilidad.

Yo también busco en los medios personas que tienen, para mí, credibilidad, y me paso el día intentando contrastar y desmentir esas afirmaciones falsas que corren por las redes de tiempo en tiempo. Sigue habiendo periodistas en quienes confiamos, a los que acudimos cuando nos sentimos confusas ante la realidad vertiginosa.

Y, una vez más, parece que quienes más valor dan al periodismo son países «con déficit democrático», bonito eufemismo para que nadie nos acuse. En Turquía (según Free Turkey Media) parece que ya son más de 130 los periodistas detenidos. Pero también hay problemas en España: denuncias y acusaciones a quien quiere hacer su trabajo, multas por intentar informar y miradas hacia otro lado cuando lo que se publica en algunas portadas es de dudosa verdad

Raif Badawi, sí, una vez más debemos hablar de él, sigue en una cárcel de Arabia Saudí. Su delito: escribir un blog en el que aparecían afirmaciones «blasfemas». Ahora mismo hay una campaña en twitter en la que están participando numerosos dibujantes publicando viñetas alusivas al castigo de los mil latigazos (Cartoon againts every lash). Y hoy quiero recordar y difundir una parte de los cargos que se presentaron contra Raif: le acusaban de no haber retirado artículos de otras personas en su web, incluido uno que sugería que Al-Imam Mohamed ibn Saud University se había convertido en «una guarida para terrorista.

Releo esta última frase, por mi mente pasan imágenes recientes, y noto que me recorre un escalofrío por la espalda y la piel de mis brazos empieza a recordar a la de una gallina.

Septiembre de 2017